La nueva realidad laboral está obligando a las empresas y profesionales a tomar decisiones en menor tiempo, reaccionando constantemente a imprevistos o cambios tecnológicos.
Anticiparse a ellos es clave, pero no siempre es posible. Por lo que, entendemos la capacidad resolutiva como la habilidad de tomar decisiones de la forma más eficaz y ágil posible ante cualquier imprevisto.
Habilidades resolutivas imprescindibles: las habilidades blandas
Las habilidades blandas son cada vez más y más valoradas en el entorno profesional y no es para menos: son fundamentales para encajar en un equipo, responder ante imprevistos y asumir responsabilidades.
Entre estas cualidades, podemos encontrar algunas que son necesarias para desarrollar una capacidad resolutiva a la altura de cualquier desafío. ¿Qué habilidades blandas son imprescindibles para desarrollar la competencia de la capacidad resolutiva?
- La orientación a objetivos: Tener siempre presentes los objetivos que se persiguen a corto, medio y largo plazo es una condición necesaria para que, llegado cualquier imprevisto, seas capaz de diseñar la solución que más te acerque a esos resultados.
- Se Innovador: Si se presenta un desafío en la empresa ser capaz de aportar ideas novedosas, puede ser algo muy bueno para el éxito de cualquier proyecto. Desarrollar pensamiento critico para afrontar retos va mucho más allá; la mayoría de los avances significativos han venido gracias a nuevas respuestas a las preguntas de siempre. Por eso, antes de tomar una decisión, debes preguntarte si es posible aportar algo nuevo a su resolución.
- Se Creativo: En cualquier toma de decisiones siempre hay espacio para la creatividad, que está muy vinculada a la innovación que te hablamos en el punto anterior. Ser creativo significa explorar ideas originales.
El proceso para resolver problemas en tu trabajo
Aunque tengas conocimiento profesional y hayas desarrollado tus habilidades blandas, cada nuevo problema supondrá un reto para tu capacidad resolutiva.
- Analiza la situación para comprender cuál es el problema: Es muy probable que, al tratar de solucionar un problema, intentes priorizar la rapidez a la eficacia. Vencer esta tendencia solo es posible si sabes analizar bien la situación, para lo que tendrás que hacerte distintas preguntas más allá del obstáculo evidente.
- ¿De donde nace el problema?
- ¿Hay otros posibles problemas relacionados?
- ¿Se han planteado situaciones parecidas antes?
Responder a todas estas preguntas y analizar a conciencia el estado actual y el objetivo que se persigue es el mejor inicio para resolver cualquier situación.
- Comprueba todas las posibles soluciones. Si ya has analizado tu situación y el problema a solucionar. Tu conocimiento y experiencia te guiarán en la dirección adecuada, pero también deberás investigar y comparar con problemas anteriores para determinar qué salió bien y qué debes evitar para futuros problemas. Un problema recurrente puede ser síntoma de que las decisiones anteriores no fueron buenas.
- Analiza posibles consecuencias. Con las distintas opciones sobre la mesa, debes revisarlas y anticiparte frente a sus posibles consecuencias. Trata de ampliar tu punto de vista, debes analizar cuál será el posible impacto directo de tus decisiones y también si puede llegar a generar un nuevo inconveniente.
- Implementación: Como parte de cualquier resolución de conflictos, el proceso no termina cuando se toma una decisión, sino una vez que comprobamos que los resultados son los que perseguimos. De este modo, volvemos al punto de inicio: debemos finalizar el proceso realizando un análisis de cómo se ha gestionado. ¡Así podrás mejorar tu capacidad resolutiva!
Cómo mejorar tu capacidad resolutiva
A medida que trabajes tu capacidad resolutiva, comprobarás que eres capaz de tomar decisiones mucho más eficaces de forma más ágil, pero siempre es recomendable que sigas el planteamiento anterior y no trates de apurarte.
Te compartimos algunas claves sobre cómo tener más capacidad resolutiva en tu espacio de trabajo:
- Debes intentar mantener la calma ante un conflicto, problema o situaciones de mucha presión.
- Mantener una actitud positiva y optimista sin importar qué tan grande sea el problema.
- Aplica la creatividad. Pon en marcha tus habilidades creativas para superar los posibles obstáculos que surjan.
- Práctica la proactividad y toma la iniciativa sobre todo en los momentos más difíciles.
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